Una investigación de la Universidad de Southampton, de Inglaterra, demostró que las personas con deudas tienen tres veces más probabilidades de tener un problema de salud mental que las que no están endeudadas.
El trabajo, basado en 34.000 sujetos y publicado en Clinical Psychology Review, analizó cómo le afecta a los seres humanos deudas económicas, ya sea por pagos aplazados con tarjetas de crédito, préstamos o hipotecas.
El equipo descubrió que las personas endeudadas también eran más propensas a sufrir depresión, drogodependencia y psicosis, y los resultados también sugieren que quienes mueren por suicidio tenían más probabilidades de endeudarse.
Entre las personas que tenían su economía saneada y no debían dinero, la incidencia de enfermedades mentales no alcanzó el 9 %.
Estos resultados deberían tomarse en cuenta a la hora de tratar a los pacientes, ya que si tienen problemas de endeudamiento y no se resuelven, las patologías pueden agravarse, advierten los autores del estudio.
Una persona endeudada no es simplemente un número, no es tampoco un conglomerado. Es un ser humano con emociones, con una realidad, con un contexto. Y todas esas variables deben ser tomadas en cuenta para ofrecer diagnósticos y tratamientos acordes a esa persona.
Más deuda, menos salud mental
La investigación La relación entre la deuda personal y determinados trastornos mentales comunes, publicada por la European Journal of Public Health, confirmó que la gente endeudada tiene tres veces más probabilidades de padecer problemas de salud mental, pero además determinó que las tasas de estos trastornos se incrementan a medida que la deuda aumenta.
Las personas con múltiples deudas y que tenían que obtener dinero de prestamistas, presentan la tasa más alta de problemas de salud mental (50%).
A medida que se hace mayor la carga de la deuda, se eleva la angustia psicológica, detalla un estudio estadounidense. “Los que cayeron en la ejecución hipotecaria o en la bancarrota experimentaron la mayor cantidad de angustia mental”.
Tener deudas y además tener un comportamiento adictivo (dependencia al alcohol, a las drogas o a las apuestas), aumenta de 7 a 8 veces las probabilidades de desarrollar un problema de salud mental, frente a aquellos que no tenían ninguna adicción, de acuerdo a la European Journal of Public Health.
En esta publicación de nuestro blog, te detallamos los riesgos de las deudas para la salud física, que parten desde un aumenta de la presión arterial y que podría derivar en hipertensión o un ACV.
Este incremento se observó en todos los casos de trastornos mentales, independientemente del origen de la deuda: sea vivienda, servicios públicos o compras a crédito.
El caso chileno
En Chile, con 11 millones de chilenos con deudas financieras y un 85 % de los trabajadores del país con ingresos insuficientes, se hicieron un par de preguntas que resultaron en un estudio: cómo logran cubrir necesidades básicas, de entretención, educación y transporte, entre otras y cómo afecta esta situación la salud mental.
La primera interrogante tuvo una respuesta sencilla: se endeudan. Para la segunda, junto a la literatura existente y la nueva información proporcionada por el Estudio Longitudinal Social de Chile, se comprobó que el sobreendeudamiento es un predictor importante en la persistencia de los síntomas depresivos a lo largo del tiempo.
“Un 25 % de los participantes del estudio presentaba sintomatología depresiva moderada a severa, entre estos mismos participantes la cifra aumentó a un 30 % […] Por otro lado, a mayor percepción de endeudamiento, mayor severidad de los síntomas”.
Asimismo, es posible observar que entre los hombres y mujeres que reportan altos niveles de sobrecarga por deudas, se produjo un incremento de los síntomas depresivos moderados a severos entre 2016 y 2018. “Este aumento es consistente con el creciente endeudamiento de los hogares a nivel nacional”.
La investigación también halló que la sobrecarga por deudas es un predictor tan importante de la persistencia de los síntomas depresivos como otro tipo de acontecimientos vitales estresantes, tales como el divorcio o la pérdida de un familiar. En otras palabras, “una persona que se siente sobrecargada por deudas, presenta más dificultades para salir de un estado depresivo”.